Las pestañas protegen a los ojos de bacterias y otros agentes externos, aportan información extra mediante parpadeos, y pueden mejorar el aspecto de los ojos con solo maquillarlas. Sin embargo, realizar esta tarea a diario puede resultar tedioso y acabar dañando el pelo, haciendo que se caiga. La solución para realzar tu mirada de forma natural es el lifting de pestañas, un tratamiento rápido e inocuo que te permitirá lucir unas pestañas más largas durante semanas.
Este lifting es muy parecido a la permanente de pestañas; la diferencia está en que la primera moldea el pelo desde la raíz, por lo que se puede hacer incluso si es corto, mientras que con la permanente se consigue rizar el pelo con mini rulo, por lo que solo se lo pueden hacer las personas que tengan unas pestañas más bien largas.
Se recomienda no realizar más de tres tratamientos de permanente al año, ya que podrían dañar las pestañas naturales, algo que no sucede con el lifting, que se puede repetir cada dos meses sin riesgos.
Ventajas del lifting de pestañas
Gracias a este tratamiento estético, que apenas se tarda una hora en realizar y que es apto para hombres y mujeres, se puede conseguir que las pestañas se vean más largas y curvadas, de una manera natural, pues no hay que olvidar que se consigue con nuestro propio pelo, sin añadidos como ocurre con las extensiones de pestañas, que acaban cayéndose y pueden dañar el folículo del pelo.
Además, su precio no es elevado, ya que suele costar entre 35 y 60 euros, y en muchas ocasiones incluye el tinte de pestañas, que da color al pelo y consigue una mirada mucho más profunda, que te evitará maquillarte durante los dos meses que puede llegar a aguantar este tratamiento.
Esta técnica no necesita rellenos ni mantenimientos; tras realizarse se mantendrá intacta hasta que el pelo crezca y dé paso al nuevo, lo que ocurre aproximadamente cada 90 días. El lifting es una buena opción si quieres tener unas pestañas más largas y marcadas durante, por ejemplo, el verano, ya que el efecto permanece inalterable aunque te metas en el agua del mar o de la piscina.