Una higiene facial es un tratamiento destinado a limpiar el rostro con el fin de eliminar las impurezas de la piel, las células muertas y los famosos puntos negros o comedones. ¿Qué conseguimos?
- Activar el proceso de renovación celular (eliminar la capa más externa de la epidermis de células muertas y conseguir de esa forma una nueva piel más nueva y luminosa).
- Preparar la piel para que los productos que apliquemos tras la limpieza tengan una máxima eficacia.
- Mejorar el aspecto de la piel y conseguir un efecto relajante.